Todos podemos llegar a imaginar las emociones que puede provocar el ingreso en una Institución en una persona.
Las sensaciones de miedo, de incertidumbre, de pena, de rabia....deben ser muy difíciles de manejar y deben influir de manera muy importante en la salud y en la calidad de vida del nuevo residente.
En el protocolo de recepción y acogida del nuevo usuario esta situación se contempla y se aborda con una intervención basada en la RELACIÓN DE AYUDA: se establecerá un profesional de referencia que acompañará al usuario en todo su proceso de adaptación y que le ayudará a resolver incidencias,
dudas, conflictos.., y en definitiva, velará por su integración en el centro y por su bienestar integral.
Gracias a esa RELACIÓN DE AYUDA, profesional y usuario se conocen. De ese conocimiento se da la comprensión de las situaciones que atendemos, los diagnósticos que proponemos, las intervenciones que diseñamos para todos y cada uno de nuestros residentes etc..
Esta RELACIÓN DE AYUDA sienta las bases de una ayuda de calidad, basada en la calidez, el respeto y la comprensión íntima de los distintos procesos en los que se encuentran inmersos nuestros usuarios.
Y recuerda, ayudar no es sustituir. Fíjate en la siguiente definición de Relación de Ayuda que realizó un conocido psicólogo humanista, Carl Rogers:
Si te interesa mucho el tema de la relación de ayuda te aconsejo que conozcas la obra de Juan Carlos Bermejo. Aprenderás muchísimo sobre la humanización de los cuidados.
https://www.josecarlosbermejo.es/articulos/page/2/
Aquí te dejo un enlace a su libro: APUNTES DE RELACIÓN DE AYUDA
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